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Cuando en el 2001, visité el famoso World Trade Center de Nueva York, jamás imaginé qué podía ocurrir un poco más tarde.
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El atentado del 11-S dejó una huella profunda en el suelo y en la memòria de todos aquellos que lo seguimos paso a paso, como si visionáramos una película de la M.G.M.
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A medida que íbamos contemplando minuto a minuto, sin poder hacer algo para evitarlo, solamente ser testigos impotentes de la muerte segura de un gran número de personas, me fueron viniendo los recuerdos allí vividos... el ascensor a gran velocidad y con gran capacidad de personas, la empresa de las fotografías a medida que llegabas al último piso, la maqueta de la ciudad, los varios restaurantes que habían al llegar allí, los empleados con los que habías cruzado alguna frase, el metro que llegaba hasta el sótano de los dos edificios, el macro vestíbulo que había, el espacio vacío que había entre las paredes de cristal y metal y el suelo de las plantas superiores, era algo abismal que te hacía sentir inseguro y automáticamente te cogías a la barandilla, un balanceo casi imperceptible de las azoteas con altas alambradas ... todo aquello se fundió a todo el horror de las imágenes y quedó ya grabado para siempre en mi memória.
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A ello también han contribuído las miles y miles de histórias publicadas, los libros, el cine , las imágenes, los reportages incesantes del momento preciso , el antes y después de N.York, y el dolor reflejado aún en la población neoyorkina, que desde el inicio dió y ha dado muestras de una gran entereza ... y todavía hay secuelas entre la población y en los hospitales y sobretodo en las víctimas silenciosas y resignadas con sólo sus recuerdos ...
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Por todo ello, hoy es un buen día, al contemplar la fotografía de los periódicos del resurgir de la Zona Cero como homenaje a los que allí perdieron la vida, sin olvidar a los que cayeron víctimas de los aviones civiles que también formaron parte del ataque a Nueva York i a tantos y tantos otros.
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Tengo serias dudas, ante el panorama mundial, que este gran atentado del 11-S, el de Madrid y el de Londres, junto con todos los demás que se han ido cometiendo y seguramente seguirán sucediendo, elimine el fanatismo asesino de inocentes. Eliminarlo es cosa de todos, reflexionando en cuantas vidas sesgadas por la sinrazón se siguen perdiendo... aún actualmente ¡.
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Si nos detuviésemos en pensar en todos los frentes de violencia, ambición por el poder, el egoismo exacerbado incluso en nuestro día a día, mirando hacía otro lado para no sentirnos comprometidos... cuantas cosas cambiarían ¡
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