* Santiago Sierra

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Hace pocos días los periódicos decían...

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Santiago Sierra, que fue galardonado este jueves con el Premio Nacional de Artes Plásticas, condena un reconocimiento que considera del Gobierno y de sus amigos: "No me cuenten entre ellos". El polémico artista ha rechazado el reconocimiento con la siguiente carta.Madrid, Brumaire 2010Estimada señora González-Sinde,Agradezco mucho a los profesionales del arte que me recordasen y evaluasen en el modo en que lo han hecho. No obstante, y según mi opinión, los premios se conceden a quien ha realizado un servicio, como por ejemplo a un empleado del mes.Es mi deseo manifestar en este momento que el arte me ha otorgado una libertad a la que no estoy dispuesto a renunciar. Consecuentemente, mi sentido común me obliga a rechazar este premio. Este premio instrumentaliza en beneficio del estado el prestigio del premiado. Un estado que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común sin importar qué partido ocupe el puesto. Un estado que participa en guerras dementes alineado con un imperio criminal. Un estado que dona alegremente el dinero común a la banca. Un estado empeñado en el desmontaje del estado de bienestar en beneficio de una minoría internacional y local.El estado no somos todos. El estado son ustedes y sus amigos. Por lo tanto, no me cuenten entre ellos, pues yo soy un artista serio. No señores, No, Global Tour.¡Salud y libertad!

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A Santiago Sierra le sigo la pista desde hace años. Sino fuese por su tenacidad en el trabajo a través del tiempo, en ocasiones habría pensado que sus obras són pura estrategia de mercado. Recuerdo cuando en Venezia, entré en el pabellón español y lo encontré todo vacío, destartalado y sucio... y sin embargo abierto al público...

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En esta Biennale, había otro pabellón cerrado, el Argentino. Rezaba un letrero que ponía más o menos "cerrado por la situación del país"... se refería al "Corralito" la grave situación económica que atravesaba Argentina en aquellos momentos .

Me dí cuenta que el Pabellón de Argentina era mucho más comentado que el Español, que tenía la puerta principal tapiada y sólo un pequeñísimo letrero de unos 15x10 cms. aproximadamente, colocado en un discreto rincón de la fachada, indicaba que la entrada estaba detrás y que sólo se podía entrar mostrando el DNI.

Obviamente el personal visitante, en su mayoría, no reparaba en él y pasaba de largo, sólo aquellos que se planteaban un interrogante que había de despejar, entraban ... y se encontraban con el vacío ... y allí empezaba la meditación, el análisis !

Así pués Sierra, hacía pensar , meditar el por qué, si es que no lo conocía ya, ahí estaba su mérito hacer pensar en la motivación del artista... y seguidamente en la situación de... en lo injusto de ... en como hacer para...

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Poco importa si lo hace por estrategia publicitaria de si mismo ó por una causa justa, el caso es que como artista, todo su trabajo hace dialogar al espectador consigo mismo.

Santiago Sierra es un despertador de conciéncias. C.V.