Además...
Ver en el periódico de hoy día 1 de Julio 2012, el artículo... Monti amenazó con dimitir para forzar a Merkel...
Sigmar Gabriel exhorta a Merkel a apearse del victimismo
pagador
Internacional | 01/07/2012 - 00:00h
El presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Sigmar Gabriel
saluda al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, durante su
encuentro en la casa Willy Brandt de Berlín, Alemania hoy 11 de junio de 2012.
Efe / Wolfgang Kumm
Rafael Poch | Berlín
Corresponsal
La del viernes fue una jornada
importante en el Bundestag. Por primera vez, un líder de la
leal oposición institucional alemana, nada menos que el presidente federal del
Partido Socialdemócrata (SPD), Sigmar Gabriel,
arremetió contra la piedra angular de la insolidaridad alemana en la eurocrisis:
el mito de que Alemania es la gran pagana de Europa.
Como ocurre con tantas grandes noticias, la declaración de Gabriel pasó
desapercibida entre otros jugosos titulares, como la presunta “derrota” de
Merkel en Bruselas y su “giro de 180 grados”, carentes de todo fundamento.
Desde mucho antes del inicio de la crisis, Alemania siempre ha tendido a
presentarse como una víctima europea. Desde que asomó la crisis el victimismo
económico se ha colocado en el centro de la vida nacional. Políticamente ese
recurso encauza de forma nacionalista hacia otros países el resentimiento por la
merma del estado del bienestar que los alemanes sufren, particularmente desde
los ajustes de 2003, y que de lo contrario debería dirigirse hacia ámbitos
sociales.
Esa queja domina por completo los medios de comunicación e incluso se ha
exportado al extranjero. Las víctimas más directas de tal planteamiento en
Europa, las clases medias y bajas de los países de la periferia del euro, lo han
asumido con notable éxito. Como producto, el victimismo económico alemán ha
triunfado en Europa con un éxito que ya quisieran para sí los mejores productos
“made in Germany”.
La queja de una Alemania como víctima del euro, creación francesa que sólo
nos ha traído desgracias, se escucha aquí con pasmosa frecuencia. De ahí que el
concepto negativo más central del discurso político alemán sea el de “Unión de
transferencias” (Transferunion). La idea de que los ciudadanos vagos del Sur y
los voluptuosos franceses quieren convertir la Unión Europea en una “unión de
transferencias” en la que Alemania es la vaca que todos ordeñan, encarna el
demonio y es anatema nacional. Por eso, que en su inusual discurso del viernes
ante el Bundestag Sigmar Gabriel apelara a la canciller Angela Merkel, a mandar
a paseo “toda esa tontería de la Unión de transferencias”, fue todo un
suceso.
“Es falso presentar permanentemente a Alemania como el pagador de la Unión
Europea: no somos un pagador neto, sino un ganador neto”, dijo Gabriel. “Desde
la creación de la unión monetaria Alemania ha ganado 556.000 millones de euros
más que los que ha destinado a ayuda financiera: somos el beneficiario neto de
la UE y esto hay que decirlo claro y alto”, dijo el presidente del SPD.
Alemania aporta un 27% al fondo de rescate europeo. En el Mecanismo Europeo
de Estabilidad (MEDE) eso son 190.000 millones, lo que es motivo de queja
permanente. Francia que aporta el 20,3% al mismo fondo, porque tanto el tamaño
de su economía como el de su población son menores, no conoce quejas sociales
por ese motivo. Tampoco ocurre en España o en Italia, cuya aportación sumada al
MEDE (29,8%) supera a la de Alemania. En una contabilidad per cápita, o
atendiendo a la parte del PNB dedicada a rescates, la aportación alemana ocupa
el sexto y décimo puesto respectivamente entre 17 países, pero estos datos no se
encuentran en el habitual informe alemán. Eso convierte en extraordinario evento
la simple declaración de Gabriel ante el Bundestag. FIN