* Angkor Wat Theme Finale - In the Mood for Love

El mito de una infancia feliz, nunca ha ido a la par con la mía… volver a recordarla me obliga a otros escenarios viejos y desgastados, de habitaciones pequeñas con muebles escasos, estrictamente los justos , sin ninguna concesión. Un par de balcones, de rejas oxidadas y con puertas de difícil abertura, eran las entradas prohibidas al sol, a los amaneceres y al batir de las alas. Era un barrio pobre, el mismo donde vivían unos primos que casi nunca ví, aún siendo alumnos de un mismo colegio y a medio camino de todos.
Largas horas en casa de unos vecinos, esperando ser recogida, eran las oportunidades de codearme con Roberto Alcázar y Pedrín, el Capitán Trueno ó mi querido Superman… en aquella casa habían sido bendecidos sólo por hijos varones. Otras lecturas no habían, eran tiempos en que los libros permanecían durmiento es las librerías , con pocas expectativas de recorrer mundo.
Un día alguien descubrió que me llevaba algo escondido bajo el viejo jersey. El aviso fué detectado. Aquello fue como cruzar un puente que llevaba a otro más allà . La otra orilla hasta entonces vetada y donde habitaba la fantasía , comenzó a inundar mis sentidos… Libros pequeños, de edición barata, empezaron a llegar muy despacio. De lectura ràpida, pero de suministro escaso, daban lugar a una libertad nunca experimentada hasta entonces. Circunstancias no imaginadas permitian descubrir nuevas razones, vivir aventuras, adivinar lindes prohibidas, fàbulas llenas de misterios que alimentaban mi curiosidad y aliviaban sin saberlo, el túnel carcelero y angosto de mis deseos . A través de sus páginas entré en otro círculo, donde no abrir los ojos, te condena a otras cegueras. Donde la intuición és alimento y la observación , revelación de otras márgenes llenas de peligros y también de oportunidades .
Es cierto no recuerdo una infancia feliz, llena de anhelos y añoranzas, sin embargo, algo positivo tuvo, aprendí el valor del tiempo perdido, tiempo que no vuelve, ni devuelve… C.V.