miércoles, 8 de diciembre de 2010
* El profesor y la alumna
En cuanto le ví supe que aquel hombre lo iba a pasar mal.
Era un profesor pobre de espíritu, poco agraciado, demasiado respetuoso para unos adolescentes sin piedad y algo mayor o, por lo menos me lo parecía . Ya no recuerdo si era bueno o malo enseñando. Como persona no sabía imponerse. Yo llegué a esta escuela casi a medio curso. Nos tuvimos de cambiar de casa y me matricularon con prisa, en el colegio más cercano. Permanecí allí sabiendo que no estaría más de 6 meses, después iría a otro más adecuado y que habríamos escogido sin tanta premura.
Me dediqué a observar. Siempre lo he hecho. Puedo decir que soy consciente de haber aprendido más de observar a los demàs , que de los libros. Observando sus comportamientos iba puliendo los míos. Las lecturas escogidas y leídas con atención me llegaron a partir de los 16 años. Antes me llegó el gusto por la caligrafía y el gusto en servirme de ella contando cosas. Muy pronto empecé a escribir sobre sentimientos contradictorios, esto me obligaba constantemente a comparar las distintas actitudes de los demàs, abriendo así, sin darme cuenta, un camino a la relatividad de las cosas. Acompañando a mi madre en sus visitas, me gustaba escuchar las conversaciones . Ella tenía el don de animar a los demàs a contar sus experièncias vividas y de paso comentar las suyas. Yo, siempre callada , retenía las palabras en mi memòria. Con ellas, inventaba històrias agridulces, nunca eran tristes del todo. Ya entonces apuntaba a la botella medio llena. ... pobre profesor, el ambiente era inaguantable y cada día iba a peor. Ya he dicho que era callada, pero no sé porque razón los de la clase me respetaban y la lider buscó mi amistad. Era una lider, simpàtica, lista y con personalidad. Nos entendimos bien . Yo no la consideraba una lider y quizá fué esto lo que le llamó la atención. Hablando conmigo empezó a escuchar y aprender a razonar de una manera distinta. Le mostré mi disconformidad con el trato que se le daba a aquel pobre hombre y las cosas empezaron a cambiar un poco para él. De todas formas al finalizar el curso nos enteramos que había pedido la liquidación. Dejaba el colegio y quizás la enseñanza, de lo cual me alegré por él. Nunca más he sabido de esta persona y, sin embargo és el único que dejó huella en mí, bueno de la lider también me acuerdo de vez en cuando, aunque no recuerde su nombre . De él aprendí algo, a su pesar, que me ha servido a lo largo de mi vida... saber buscar la manera de ser amoldable mientras llega el momento oportuno para ganar la partida. C.V.
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